Un poco de mi historia, de mis trabajos, de mi vida!!!

domingo, 14 de noviembre de 2010


Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta  huía rápido de la feroz predadora, y la serpiente al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía… Al tercer día ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
-"Puedo hacerte tres preguntas?"
-"No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar".- contestó la serpiente.
-"¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?"- preguntó la luciérnaga.
-"No"- contestó la serpiente.
-"¿Yo te hice algún mal?"- dijo la luciérnaga.
-"No"- volvió a responder la serpiente.
-"Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?"
-"¡¡¡Porque no soporto verte brillar!!!-

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa, no he hecho nada malo, ni daño a nadie?
Sencillo de responder… ¡¡¡Porque no soportan verte brillar!!!
Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte… Porque tu luz seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá pase lo que pase…
¡Sé siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los predadores!

La gran Diferencia


El hombre es la más elevada de la criaturas, la mujer el más sublime de los ideales.
El hombre tiene la supremacía, la mujer la preferencia.
La supremacía significa fuerza, la preferencia representa el derecho. 
El hombre es un código, la mujer un evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona. 
El hombre es un templo, la mujer es el sagrario.

Ante el templo nos descubrimos, ante el sagrario nos arrodillamos.
El hombre es el águila que vuela, la mujer el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma. 
El hombre tiene un farol… la conciencia, la mujer tiene una estrella… la esperanza. 
El farol guía, la esperanza salva. 
El hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.

El Dulce Sabor de una Mujer Exquisita


Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes…Los que estamos fuera de foco somos los hombres)
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE…UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así… Que se siente orgulloso de tenerla como compañera… Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento… Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘Muy machas’ nos llevan gran recorrido… ¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque..!
¡Tonto y mil veces tonto el hombre que come basura en la calle, teniendo un exquisito manjar en casa..!